martes, 11 de septiembre de 2007

Rascacielos y la gestión de las ciudades


Mientras desayunaba esta mañana, en el programa La Mirada Crítica de Telecinco se hablaba en parte de su tertulia sobre la nueva tendencia a la construcción de rascacielos, tendencia que se había detenido bruscamente tras los atentados del 11-S en Nueva York.

En esta tertulia participó un experto español (de cuyo nombre no puedo acordarme) en la construcción de rascacielos que defendía la idea de que estos rascacielos y las construcciones en vertical eran la solución a los problemas demográficos que se están experimentando últimamente. Y la razón no es solamente que la población mundial esté creciendo a pasos agigantados, sino también que debido a esto hay que realizar un uso más eficiente de los recursos que disponemos como el espacio físico o la energía.

Una de las preguntas que disparó el presentador fue en lo referente a la seguridad, recordando los temibles atentados sufridos en 2001 en las torres gemelas. Ante esto, el experto respondió de la única manera que podía (y con toda la sensatez del mundo). Si unos terroristas quieren hacer daño, lo intentarán contra cualquier objetivo que se planteen, ya sea por ejemplo el hecho de estrellar un avión contra una urbanización de casas de una o dos alturas. Desde luego razón no le falta.

Ante esta postura, los contertulios (que poca idea mostraban tener al respecto) ponían en duda las explicaciones que este experto daba sobre lo beneficioso de estas construcciones verticales, indicando que por supuesto, todas esas explicaciones apoyaban su negocio al dedicarse precisamente a la construcción de estos mastodontes arquitectónicos. ¡Pues claro que está a favor! ¿Pero podrán llegar a pensar y analizar lo que este hombre decía? Parece que no.

Gildo Seisdedos, autor de Cómo gestionar las ciudades del siglo XXI y profesor del Instituto de Empresa también coincide con la opinión de este constructor. Y cómo no coincidir. Sin duda la distribución vertical es la que más eficiencia muestra, no sólo por la necesidad de espacio, sino también a nivel de infraestructuras y gestión de esas infraestructuras. Imagínense las personas que hacen uso de uno de estos rascacielos, esparcidas en el espacio correspondiente en viviendas o locales de una planta. Ahora hagan un pequeño análisis de todas las infraestructuras que hay que lanzar para cubrir sus necesidades básicas como luz, agua, teléfono, a parte de gestionar y mantener todos esos kilómetros y kilómetros de infraestructuras. Tampoco hay que olvidar otros servicios secundarios como hospitales, colegios, supermercados, etc.

Mientras que las grandes urbes sigan creciendo a unas tasas tan altas, los ayuntamientos tendrán que pensar en cuál es la mejor manera de gestionar sus infraestructuras para generar bienestar y calidad de vida en sus ciudadanos. ¿Cuál es la mejor manera de hacerlo? ¿Qué opinas tú?

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